Música de mi vida: Rosendo
Ahora que Rosendo está llevando a
cabo la que se ha anunciado como gira de retirada, es buen momento para
reconocer que yo he sido gran fan de Leño, y del propio Rosendo Mercado. Esta afición
era plenamente compatible con la de Barón Rojo y otros grupos de “rock duro”, que
es como cabe referirse a los grupos españoles, mejor que “heavy metal”, que se
refiere a los internacionales. Aunque quizá sea mejor decir “rock auténtico”.
Como ya se sabe que los viejos roqueros nunca mueren, mantengo esta afición a
algunos de estos grupos, pero su intensidad se ha ido modulando con los años,
sobre todo porque, como pueden comprender los lectores que me conocen, me falta
un requisito esencial para ser roquero, que es la melena, ya que esa opción hace
tiempo me viene siendo limitada por la naturaleza. Fuera de bromas, lo cierto
es que he ido evolucionando musicalmente, y ampliando mi abanico de
preferencias, pero mantengo el gusto por alguno de aquellos grupos y canciones
de aquello que en Spotify llamo “Rock duro de mi época”, dentro de lo cuales
Leño y Rosendo ocupan un lugar destacado.
Rosendo Mercado nació en Madrid en
1954, y se ha convertido en uno de los iconos de Carabanchel. Su carrera está plagada
de éxitos desde sus inicios en Ñu, hasta su larga carrera en solitario, pasando
desde luego por la brillante etapa de Leño, grupo que él mismo creó, con Chiqui
Mariscal como bajo, y Ramiro Penas como batería. De esta etapa derivan discos
como “Leño”, “Más madera” y “Corre, corre”, y canciones que casi todos los
españoles de varias generaciones conocen, como por ejemplo “La noche de que te
hablé”, “Maneras de vivir”, y gran parte de las del último disco mencionado,
quizá uno de los mayores éxitos del rock español de todos los tiempos (“¡Corre,
corre!”, “Sorprendente”, “La fina”, “¡Que tire la toalla!”, “¡Entre las cejas!”
o “¡Qué desilusión!”, todas las cuales se encuentran entre mis favoritas). A
este período, luego revivido en diversos recopilatorios y directos, le sigue
una larga etapa de Rosendo en solitario, con discos tan famosos como “Loco por
incordiar”, que incluye éxitos como la canción que da título al álbum, y otros
tan conocidos como “Agradecido”. Luego ha seguido una larga lista de discos,
hasta su decimoquinto álbum de estudio en 2013, “Vergüenza torera”. A estos
nuevos discos han acompañado numerosos conciertos, giras, y una gran cantidad
de reconocimientos, desde una calle en Leganés hasta la Medalla de Oro al Mérito
en Bellas Artes. Pero, por lo que sé, Rosendo ha seguido siendo siempre el
mismo, siempre auténtico, siempre fiel a sí mismo. Será una pena si se retira,
pero sus canciones nos seguirán acompañando siempre a sus fans.
(Fuente de la imagen: https://es.wikipedia.org/wiki/Rosendo_Mercado)